Acabado “Cementerio de dragones” (17-02-2023)
Hola a todos, estos días he acabado la noticia de la antología “Cementerio de dragones” dirigida por Ignacio Castellanos. Es una antología que, si bien toma distintos tonos y estilos dentro de la alta fantasía más o menos clásica, logra transmitir una impresión de unidad y tiene una buena calidad. Voy a comentar brevemente mis impresiones sobre algunos de estos relatos:
“Huevo de dragón” de Anagke: Un gremlin entra en un palacio para ver a una princesa y es expulsado. Así que decide robar un huevo de dragón para obtener la gloria. Tengo la sensación de que la historia no me acaba de cuadrar y no me ha convencido el ritmo ni me ha quedado muy claro a dónde quería llegar con su desarrollo.
“Recuerdo” de Marina Rachal: Cuatro dioses elementales deciden dar señales buenas o malas cuando algo muy grande fuese a suceder y lo hacen por medio de la destrucción que causan cuatro dragones. Me han recordado mucho esos dioses a los mumbi. El desarrollo es hermoso, pero, al mismo tiempo, nos cuenta una historia terrible, épica y casi parece un mito donde la magia se entrecruza con la realidad, la ficción y los hechos.
“Perdición de héroes” de Ismael Fernández García: Nerdrali, una dragona negra capaz de adoptar forma humana, es adorada como una divinidad. Aburrida, decide adoptar nuevos aspectos humanos y vivir otras vidas. El toque poético de su estilo resulta bastante ameno mientras la trama sobre piratería, cultos, amor y aburrimiento no me ha llegado del todo.
“Yir” de Sonia Jiménez Socarrás: D’neer es un niño que va a presentarse a la ceremonia donde los niños son elegidos por los dragones para ser compañeros de por vida. Así que Karall, su padre, le cuenta la historia donde ningún dragón eligió a un niño llamado Yir. El tono es más distendido, con dragones que son tratados con respeto mientras el humano busca un lugar a su lado, y aparece Hassa, una ciudad de Turquía, como un imperio del sur. En una historia de vínculos padre hijo ante una ceremonia de iniciación.
“Furia desnuda” de David Martín: Unos dragones humanoides buscan mercaderes a los que comerse cerca de su pantano. No se esperan que una bárbara se abalance contra ellos. La narración, como otros relatos, presenta ciertos paralelismos más allá de la figura del dragón y da la sensación de que podría ser una continuación del relato anterior. Claro que el relato, con mucha acción bien contenida, tiene sus sorpresas sarcásticas. La alusión a la tierra de Yamata recuerda al monstruo homónimo de la mitología japonesa (https://es.wikipedia.org/wiki/Yamata-no-Orochi) semejante a la hidra. Vemos mucho humor socarrón con toques bizarros en el relato. Y elementos LGTB+.
“Cenizas” de Joaquín Sanjuán: Un dragón arrasa varias aldeas y un equipo especialista en matar monstruos, que debate si sobrevivió algún dragón a la extinción, le sigue la pista. Se nota un clima de “buddy” en las relaciones entre los personajes que puede recordar a “Remesa mala”. A su vez, avanza por recovecos muy oscuros y terroríficos.
“Un corazón en llamas” de José Antonio Rodríguez Cruz: Una niña se embarca en una aventura para encontrar un pasadizo arcano. La trama mezcla relato de viajes, de aventura, drama familiar introspectivo y una geopolítica poco clara donde el fanatismo impera. A medida que avanza, se me ha hecho más pesado y la sensación es que su drama personal tiene una fuerza insuficiente a medida que avanza junto a otros puntos más amenos.
“El reino del dragón azul” de Mercedes Soriano Trapero: Un caballero se refugia de la tormenta en una cueva mientras piensa en cómo derrotar a los algastos con la ayuda del dragón azul. El relato recuerda a los cuentos maravillosos, pero el dragón como héroe. Tiene ecos con “Dragonheart” y resulta conmovedor.
“Hágase tu voluntad” de Beatriz T. Sánchez: Un mago busca acabar con la sacerdotisa ciega, dueña de dragones, pero las cosas no salen cómo planeaba. La sensación es que la acción avanza muy rápido y su juego mental apenas tiene desarrollo. Una página más le habría venido bien para profundizar en los detalles personajes y cautivar.
“Entre fuego y acero” de Ignacio Castellanos: Un viajero, en una noche de fogata, se encuentra con un diablillo de las praderas en una velada donde la taberna está en sus corazones ante la oscuridad y la naturaleza. Destaca el estilo ameno que evoca esa mirada de lo maravilloso como un espacio cotidiano, pero con un toque misterioso más que algo tipo “Merlín y familia”, o algo onírico, a la vez que mantiene el tono distendido. Por otro lado, cambia el tono para la trama dracónica y nos introduce en una mística compleja en una historia que sabe jugar con esa variación de estilo para sacar la miga de los hechos.
Recordad que, si estáis interesados en la obra, podéis descargarla en Lektu:
Personalmente, me ha inspirado el relato “Vínculos eternos” dentro del mundo de “El Fin de Pantakakistos en Yesfodú”:
Espero que os haya gustado. Un saludo.