Ojeando “Mecasmo. Orgasmo mecánico” de John T. Sladek, (05-10-2019)
- Javier Valladolid
- 6 oct 2019
- 16 Min. de lectura
Ojeando “Mecasmo. Orgasmo mecánico” de John T. Sladek, acabada “Cristal oscuro: La era de la resistencia” y Kenia en la novela (05-10-2019)
Hola a todos. Este mes, he aprovechado para lecturas, algunas series, algunas películas y escribir un poco. Vi, en pelis, la magnífica “Mientras dure la guerra”, la interesante-prometedora “Cristal oscuro”, la decepcionante “Ad Astra”, la magnífica “Dolor y gloria”, la interesante-espeluznante “It 2” y la desconcertante “La piel que habito”.
En lecturas, he seguido con “2001, una odisea espacial”. A diferencia de la película, donde el final de la historia de Hal y el viaje alucinante acontecen de inmediato, aquí podemos ver el viaje más o menos planificado de David Bowman en la Discovery. Son capítulos con una mezcla de poética, de descripciones científicas densas, de búsqueda de serenidad por parte del personaje mientras trata de seguir con la misión, de completar la historia, de la relación con La Tierra y también de mirada a los referentes. Se le echa en falta esa mirada cronologizante a posteriori; ausencia muy habitual en la ciencia ficción. La ausencia de tal perspectiva causa que los personajes resulten demasiado clásicos. Es verdad que todos tenemos algunos referentes clásicos, pero no es creíble que alguien vivo en un 2001 futuro, ahora, para nosotros, ucrónico, tenga como únicos referentes culturales las obras conocidas en 1968 o incluso antes. Ayer contestaba en Quora una pregunta titulada “Si viajaras desnudo/a 100 años al pasado, ¿cómo demostrarías que vienes del futuro?” (https://es.quora.com/Si-viajaras-desnudo-a-100-a%C3%B1os-en-el-pasado-c%C3%B3mo-demostrar%C3%ADas-que-eres-del-futuro) y caí en la cuenta de que la mayoría de referentes culturales significativos que tengo, yo o cualquier otra persona viva a 2019, generalizando al menos, porque lo mismo hay alguien así en el mundo, no existían en 1919. ¿Cómo podemos esperar hablar de las mismas cosas que alguien de 1919 y hablar continuamente como si viviéramos allí? No es posible y, por tanto, no es creíble que las únicas referencias de los personajes sean de nuestra época, aunque conozcan unas cuantas, que no dejan de ser una minoría. Algo que da pie a diferentes reflexiones culturales con los gustos de referentes futuros de esos personajes. También la magnificencia de saberse embajador del género humano ante lo desconocido.
Echaba un ojo a la novela de ciencia ficción “Mecasmo. Orgasmo mecánico” de John T. Sladek. Es de 1984. De momento, tiene una presentación muy peculiar. Una empresa de muñecas, en los años 50-60, en un pueblo perdido de Estados Unidos, quiebra por el auge de “Barbie”. En cambio, ven la carrera espacial como una oportunidad para pedir financiación para una investigación absurda que les permita hacerse ricos. Lo cual deriva en una criatura robótica que traga todo tipo de metales y se auto duplica en una suerte de monstruo de metal, según su sinopsis. Una sátira de la tecnificación. Es una rareza de coleccionista de esas que se encuentran a bajo coste por casualidad en segunda mano y me gustaría leérmela en algún momento. Tiene un cierto eco de esa literatura atrevida y extraña propia de los 60, y 70, donde las drogas psicotrópicas influían en muchos autores.
Con “Frankenstein”, he seguido algunos ratos. Quizá lo más curioso es el momento en el cual el monstruo cuenta su historia, parte en la que estoy. Vemos una oda a la sensibilidad hacia la naturaleza de un modo muy hermoso. Me pregunto si será ironía de la autora.
En cuanto a series, he acabado de ver “Cristal oscuro, la era de la resistencia”. Me ha gustado más que la película porque permite jugar con toda su mitología, mejorar la técnica estética, la expresividad de los personajes y toca diversos temas, combinando toques infantiles con contenidos reflexivos acordes con el gusto adulto. Nos habla a su vez de un mundo que parece armonioso, pero es más imperfecto de lo que los propios personajes creen, que van descubriendo cómo de podrido está su mundo y deconstruyendo sus relaciones de poder y credibilidad, y sus prejuicios. Un mundo donde la magia y el conocimiento luchan contra la sed de poder, la codicia y el odio para recuperar una armonía natural perdida. La serie cierra temporada con todo hilado para la película, pero con espacio para continuar con nuevas temporadas. Hay un par de incoherencias respecto a la película (Ambientada años después) que me han llamado la atención y que hace falta echarle imaginación para justificarlas. Una no puedo decirla porque sería spoiler. La otra es la duración del tiempo pasado desde que llegan los Skeksis (Skekses en la película) hasta que vemos los hechos. En la película han pasado mil años. En cambio, en la serie han pasado mil trienios desde que llegaron y rompieron el cristal. El margen de tiempo desde la rebelión tengo entendido que es de unas décadas, que se pueden redondear, pero un trienio no es lo mismo que un año, y tres mil años no son lo mismo que mil años. En lo técnico, falla el hecho de que algunas máscaras son demasiado parecidas entre sí.
Me topé con esta interesante pregunta en Quora de “¿En qué se parece la gente de la Edad Media a Nosotros?”:
Los falsos sinónimos:
Y la noticia de la remasterización con color y doblaje de “Metrópolis”:
Con la música, he escuchado diversas cosas.
Por ejemplo, esta canción instrumental de “Constellations” de Tambour, con su calma evocadora del cielo y la mirada a las estrellas:
O el folk épico romántico de Celtian con “Tu hechizo”:
El electropop de sonoridad peculiar de Au/Ra con “Dance in the Darkness”:
O el dinamismo alegre de “Ahora dime” de Sofía Ellar:
Ya con la novela. He desarrollado el día que pasan en Nairobi, Kenia, como una de las jornadas de fin de semana en la semana de Sudán, seguida de Zambia y Namibia. Son 32 páginas intensas, con un gran protagonismo de Capheus Onyango, personaje de la serie “Sense8”, en uno de esos momentos fanfic.
Dar una idea aproximada, en una jornada para los personajes y en sólo 32 páginas de texto, de lo que es Kenia en su variedad es muy complicado. Aquí cuento algunas cosas.
Es un país que busca crecer, desarrollarse, alcanzar un bienestar, pero manteniendo un equilibrio que le permita mantener su identidad. Un desarrollo en igualdad y oportunidades de futuro sin paternalismos. Un país donde conviven cuarenta y dos grupos étnicos, dentro de los cuales seguro que hay numerosas diferencias, que se engloban en tres grupos lingüísticos culturales de los bantúes, los Nilóticos y los Kushitas. Por cuestiones de tiempo, espacio narrativo y extensión, no he podido dedicarle todo el tiempo que sería deseable, pero es parte de una novela de ciencia ficción, no una guía de viajes antropológica sobre las distintas culturas que conforman la sociedad keniana, sus costumbres y su día a día. Por tiempo y disponibilidad de fuentes, son unas pocas las cosillas que se pueden reflejar. Sí es común, a todas esas culturas, su enorme pasión colectiva por las artes escénicas, el baile y la música, rasgo común con las culturas del continente africano. En un país de quinientos mil kilómetros cuadrados y cincuenta millones de personas (Exactamente, 580.367 km2. España son unos 505.944 km2).
Menciono algunas canciones destacadas. Es complicado separar su música de la de su vecina Tanzania en tanto que varios de los cantantes de moda son tanzanos y no kenianos. Un país sin una identidad musical nacional única. Con lo cual, ha cogido influencias de todos los habitantes del país en algún momento para desarrollar estilos muy diversos. Es popular el góspel, pero también el kamba, que se baila juntando las rodillas y poniendo las manos como si fueran alas, o el baile tipo twerking, que contrasta en un país donde, en cambio, un beso en público está prohibido. Tenemos canciones guineanas como “Con “Feel the sounds of Kenya” de Cee-Roo (https://www.youtube.com/watch?v=__yvrxmpDh4), o, de tanzania, “Jibebe” de Wcb wasafi con Diamond Plantnumz (https://www.youtube.com/watch?v=lW2PI6jqn1U). O en Kenia, el clásico del benga “Charia Ungi” de Joseph Chamaru (https://www.youtube.com/watch?v=FvxeqOj_Hg8).
Es un país que llegó a tener, en 2017, una deuda de 38.453 millones de euros y eso ha jugado en contra de su desarrollo, especialmente de la mejora de la calidad de vida de las clases más bajas de la sociedad.
Los viajeros del futuro hacen una parada para ayudar a la asociación “Más por ello”, una asociación real que ayuda en la zona. Trabaja en barrios de Nairobi como el de Kibera, barrios especialmente marcados por la pobreza, con macro extensiones de chabolas y que usan la basura para ayudar a sostener las casas. Todo en una ciudad y un país marcados de forma contundente por la desigualdad. Al salir de allí, una multitud de maleantes sale a su encuentro decidida a matarles porque su presencia ha desestabilizado todo el panorama con sus tratos y tecnología. Capheus, con su autobús (Un minibús matatu para ser precisos), pese a que ahora es presidente del país y podía quedarse al margen, arriesga su vida en una situación suicida para que tengan alguna posibilidad de sobrevivir. Al final, lo logran y escapan. Lo que sirve para generar una serie de lazos de confianza o, al menos, de complicidad entre el equipo de los 8 del clan y los 8 del equipo de viajeros del futuro y acompañantes.
Si bien no soy bueno a la hora de reproducir diálogos y descripciones de personajes, son de esas imaginarium y de esos personajes que quería incluir de un modo u otro. Es de esas series significativas a las que, personalmente, quería incluir en mi imaginario lleno de guiños fanfic. Es una serie complicada, de esas que necesitas un “En capítulos anteriores”, aunque carezca de ello, y también es una serie cargada de cuestiones personales y sociales. Presenta muchos puntos de una mitología de ciencia ficción que encaja con el tema de los mutantes. Lo que permite conectarla desde diversas vertientes. Una de las cosas sorprendentes de la comunicación entres sensates u homo Sensorium, la especie de sapiens con poderes telepáticos de tipo astral y, según los casos, de tipo controlador, es el tema de la disonancia temporal. Aunque pueda parecernos instantáneo, la comunicación por teléfono o por internet o cómo sea tarda unos segundos en producirse; tratar de comunicarse en una situación de crisis en tiempo real de ese modo no es creíble. Lo que permite jugar con el tema de la física cuántica y la conexión instantánea a través del espacio tiempo; lo que entraría en el campo de la división Fringe. También está el hecho de que otros mutantes de la serie “Héroes” tienen habilidades que no resultan creíbles con las normas de la física y la química de nuestro universo, pegando también con la división Fringe y la de La Compañía. Es el mismo principio para el universo de “El sueño en verso”, con esa convivencia de la física convencional con la física cuántica convencional, con la física anómala comiquera y con la física cuántica anómala comiquera-Whovian.
Además, tuvieron que afrontar la persecución de la corrupta BPO y a saber qué destino les espera como especie. Es parte del conflicto-negociación entre ambas, donde el honor, la honestidad y la estrategia les llevan a alcanzar finalmente acuerdos. Y evocamos algunas crisis con los mutantes en ese futuro, mientras que el objetivo final de la convivencia entre sensates y sapiens sigue tornándose esquivo. Temidos y deseados a partes iguales por su poder colosal de obtención y gestión de información y comunicación desde la telepatía y el conocimiento compartido, deben tomar decisiones difíciles. Tenemos además el ver un poco de cada uno del clan de los sensates para convencer de llegar a un trato justo, conectando en algo con alguien del equipo y sus inquietudes. La diversidad, las preocupaciones sociales, identitarias, religiosas, de orientación sexual, de clase social o políticas marcan la historia de los distintos sensates de la serie y también influyen en los ocho personajes de las aventuras de este spin off-crossover fanfic, de inspiración clara en el concepto de “Sense8”.
Donde dedico un buen espacio de reflexión es a imaginar cómo habría sido el gobierno de Capheus si la serie hubiera podido seguir las cinco temporadas previstas y le hubiéramos visto llegar a presidente. En 2017 fueron las elecciones de Kenia, donde fue elegido el actual presidente, pero me imagino en el universo de “El sueño en verso” siendo elegido Capheus en lugar de este y de su principal competidor; un criminal corrupto y peligroso que es capaz de cualquier cosa con tal de sacarle fuera de juego.
La creación de una organización encargada de tender puentes de paridad e igualdad en el contacto y en los vínculos entre África y Europa. Cuestiones como el comercio justo, el desarrollo medioambiental o los derechos de los animales, vinculados también a los anómalos y a los dinosaurios en ese universo. La búsqueda de acabar con la pobreza y la ayuda al desarrollo sin paternalismos. El estar entre los pioneros en nuevos modelos de zoo con amplios espacios abiertos, el uso de lo virtual en muchos casos y la búsqueda de llevarlos al estado salvaje y demás si no se puede directamente tener reservas. O ayudar a la división Primeval, con base en Londres, para la asistencia de los dinosaurios para mejorar su bienestar.
No falta también la crítica social. Si bien la gente en Kenia, y en Nairobi, suele ser muy maja, incluso en entornos desfavorecidos, es en estos entornos donde la supervivencia depende en mayor medida de la colaboración con un dinerillo por una ayuda o información. Ya la serie planteaba la problemática del acceso a las medicinas y tiene su base real (https://www.who.int/mediacentre/news/releases/2003/pr85/es/) en casos de 2003. Y cuestiones como los lazos entre poblaciones cercanas y que se tiendan puentes, porque no siempre está la voluntad. El valor de la conexión desde el respeto individual. Las medidas de protección social, la inversión en empresas de comercio justo como el invento de unos guantes que traducen la lengua de señas a la oralidad. La reducción de la basura o la protección de los niños y ancianos.
No faltan las interacciones con los otros personajes del círculo de Capheus, como ese momento entre periodistas entre Zakia y Sofía. Y descubrir más cosas de Meehrmrixoh, con el tema de la tecnología Dollhouse como ayuda para desenvolverse con naturalidad con otras identidades. Muchas veces no se explicita la imagen de Meehrmrixoh a cada momento, pero sabemos que Meehrmrixoh, por mucho que varíe, busca adaptarse a las circunstancias donde se encuentra. O el trato para que la división “Fringe” tenga su papel en bioética, como quedó establecido en una faceta.
Cuestiones como que haya niños que tengan que vender los residuos para reciclaje que se encuentren para así ganar algún dinero para que la familia subsista mientras utilizan la basura, con los problemas que genera, en la inundación. O la mejor gestión de las ONGs y una cooperativa de cría y venta de gallinas. Se aborda bastante el problema del edadismo en ancianos y en jóvenes, con, entre otras cuestiones, la tendencia de los ancianos a no enseñar el pastoreo a los jóvenes. Y Capheus crea La Biblioteca Humana de Nairobi, donde ancianos y jóvenes puedan conversar y aprender mutuamente.
Hay además una evocación a Merhaba con cierta gracia:
“
Allora recordó que una sección del bar Siduri, que allí
En la biblioteca de Merhaba se encuentra, con nombre
Dedicado al poema de Gilgamesh, con diosa, asombre
Si se quiere uno asombrar, de la cerveza, fuerte hobby,
Que se destinaba a estas inquietudes, y al mindfulness
Mesopotámico, alejado de mirar el Naranjo de Bulnes
O de filosofías jedis, impartidas por Obi-Wan Kenobi.
”.
No falta retomar el problema de la ablación, que está penado y Capheus persigue especialmente, y cursos contra eso y contra la islamofobia. Actos bárbaros que no defiende ningún pasaje del Corán.
O el momento distendido hablando de un Albert Einstein sensate, en homenaje a la serie “Genius”, donde el personaje muestra sus luces y sus sombras claramente. Una reflexión sobre el sentir antes de entender para desear comprender, una reflexión sobre la importancia de las humanidades y lo que nos puede aportar la conexión con otras personas.
La cuestión de la bioética y las diferencias culturales, pese a la occidentalización y la medida cronológica común a tantas culturas, frente a otras previas. Con los sistemas griegos de calendario-cronología.
Nos cuentan la elegante a la vez que sencilla estética de los Masái con patrones geométricos, colores naranjas o rojos en brillantes colores. O la costumbre de hacer agujeros en las orejas de los bebés y emplear adornos tipo pendientes ya desde entonces como abalorios grandes. O el baile ipid, para ocasiones especiales, donde el baile no pueden realizarlo las mujeres, y se considera que tales saltos son una muestra de virilidad. A la vez, vemos una costumbre sorprendente a la par que machista, en la cultura Nandi tradicional, donde las mujeres que no tienen hijos en el tiempo considerado oportuno, son convertidas a ojos de su sociedad en hombres porque sólo estos pueden heredar tierras. Otras informaciones, en las que no me pude detener en ese momento, aunque quiero retomarlas en un inciso cuando los personajes estén en su día en Zambia, indican que la sociedad tradicional era igualitaria y que son principalmente agricultores, en una sociedad dividida en 17 clanes patrilineales y exógamos. La poliginia es la regla. También hay Nadi célebres que están totalmente occidentalizados como, por ejemplo, el atleta Kipchoge Keino, el abogado por los derechos humanos Jean-Marie Seroney o el Doctor Noah Kiptoo Tenai; distinguido investigador en Cape Down, Sudáfrica.
Lleva a plantearse la mirada de los límites entre lo criticable tolerable respecto a los derechos humanos y lo intolerable, como, según aquel artículo, la práctica del infanticidio en épocas pasadas, impedido en numerosas ocasiones con la cesión en adopción de los hijos de otras madres a madres solteras sin hijos; resolviendo el problema de los niños que iban a ser sacrificados. En un viaje transformador de cada cultura, en el cual ninguna está libre de críticas ni es perfecta, vemos cómo van transformándose y queda esta segunda parte, con nuevos datos que contrastan esas ópticas, para hablar de una realidad más diversa y compleja.
Se habla del predominio de la identificación con lo occidental. Algo con lo que España puede sentirse muy identificado. España no es ya el país de los chulapos, las jotas y los trajes regionales, que se sacan para algunas fiestas tradicionales. Somos una sociedad que nos identificamos con los modos de vida urbanos occidentales, aunque luego tengamos nuestras diferencias culturales dentro de eso. En el caso de Kenia, resulta más exagerado porque es un país caracterizado por la diversidad de idiomas, aunque la alfabetización tiene su peso en el inglés, y el suajili sea muy hablado también, junto con las numerosas lenguas locales. Vemos que los kĩkũyũ son el grupo más numeroso y se menciona al premio nobel de la paz Wangari Muta Maathai.
Otro punto importante es la acogida de refugiados y la ayuda al desarrollo en los países que han sufrido las consecuencias de la guerra, del terrorismo o de la homofobia. Tema en el que Capheus está muy implicado. En países como Camerún, Chad o Níger, o los conflictos en Sudán del Sur y otros países de la zona. O el problema del desempleo juvenil en Benín, donde la formación no les basta para tener buenas oportunidades. Eso junto a otros problemas por resolver y que les llevan a movilizarse. O, en el caso de Somalia, en lo que le sea posible. Alguien que trata de ayudar en diversas causas políticas y sociales en África, en diversos países y en diversas facetas.
No falta el problema de que una tecnología Fringe se salga de control, tomando como referencia “Mecasmo: Orgasmo mecánico” y una solución alternativa que seguro que no es la resolución de la novela. Lo que da lugar a una reflexión sobre el arte como necesidad ante los
-Aasakot: Literalmente, sentir emocional desear fervientemente punto ciego; desear profundamente ignorar algo, desear no haber descubierto algo, desear no tener conocimiento de algo, desear no conocer algo.
De la vida, aunque el arte, sea literario, plástico, musical o escénico, sea una
-Aasakbug: Literalmente, sentir emocional desear fervientemente campo a través; necesidad que se percibe como absurda. Necesitar hacer algo que hasta a nosotros nos parece absurdo. Necesitar hacer algo que se va por la tangente. Necesitar hacer algo que rompe con lo establecido como lo lógico o lo más conveniente desde el sentido común.
Para muchos de nosotros si tratamos de imaginar la vida sólo como supervivencia. Quizá, uno de los aspectos más asombrosos del ser humano es la necesidad de superar su faceta de supervivencia y tener necesidades que, desde una lógica obvia, no parecen jugar papel alguno en la supervivencia. En cambio, el arte está en nuestra naturaleza tanto como el ocio. Y, si una civilización alienígena de un universo paralelo tuviera las mismas inquietudes, el humanismo, el civismo o lo antropológico encarnarían otra realidad biológica sin variar su esencia.
La falla del Valle del Rift que, en millones de años, separará el cuerno de África, dando lugar a un nuevo continente, es un problema, que se trata con una carretera que absorbe el agua para que sea más fácil de mantener y que se eviten accidentes. Al menos, un parche ante nuevas crisis.
Vemos cuestiones de turismo y sociedad en Kenia y Nairobi, limitado por la lluvia, y de cómo se han apañado para poder hacer todos esos viajes sin enfermedades serias y sin causar grandes epidemias. Nairobi tiene algunos safaris y he querido también emplazar la conferencia en el santuario de jirafas junto a la granja, ahora casa museo, donde vivió Karen Blixen, la autora danesa de la novela “Memorias de África”, y donde se rodó parte del film.
En las predicciones futuras, vemos la filosofía “Kiini”, o “núcleo” en suajili, que fundamenta el movimiento artístico ecologista “Kernel” o “profundidad”, con una filosofía de adoración por el origen de la vida, por el avance de la ciencia desde el respeto a la naturaleza, en cierto sincretismo con las creencias tradicionales de algunas de las culturas del país. Con una visión del ser humano como una pieza más en la eterna guerra natural entre microorganismos. Aunque ambas posturas, el “Kiini” y el “Kernel”, difieren entre la defensa del capitalismo sostenible y posturas más socialistas. Con el respeto a otros seres vivos desde lo científico, natural y espiritual.
Otra es la de Raquel explicando que Kaynak le habló de la Kenia del futuro y la Pet Etology o Peteth, del 2073, que se plantea cómo afecta la domesticación y las mascotas al medio ambiente, y si estamos siendo correctos en nuestras acciones con los animales domesticados y en cautividad. Incluyendo temas como la esterilización de mascotas y animales callejeros. O, en ese universo, el trato a los dinosaurios. O el derecho animal.
También la futura corriente literaria “Kipande”; que significa “Fragmento” en suajili. Emplazada esta corriente literaria ficticia en 2029, parte de la premisa de que, ante los cambios positivos políticos, económicos y sociales vinculados a las políticas de Capheus, surge una literatura con sus propias temáticas y rasgos formales muy marcados. Funciona como una suerte de evolución del impresionismo literario, donde el flujo de consciencia y los detalles no reglados de forma objetiva (Impresionismo), frente al realismo puro, en donde se movía la lente (Realismo), no la percepción de los hechos (Realismo), así como sus sensaciones y emociones (Impresionismo), eran el eje de la narración (Impresionismo).
En el Kipande, se juega con el lector para que rellene con su imaginación la información que no se da. Esta no se da debido al criterio de lo que subjetivamente le llama la atención al autor en lugar de dar esa información porque lo exija el tópico. Por ejemplo, el describir el físico de un personaje cuando sale. En esta corriente ficticia, en la cual mi escritura podría incluirse, el lector puede imaginarse al personaje de una forma, que aparezca de repente la descripción más adelante, cuando el autor lo sienta pertinente, y eso transforme la imagen que tenía el lector de este. De ese modo, se transforma nuestra construcción de la realidad, igual que la vida nos hace entender e interpretar hechos de forma distinta cuando los acontecimientos posteriores y descubrimientos lo cambian todo. Surge esta corriente en un panorama como el de la Kenia futura, donde Capheus está ayudando a que sea un país más justo y vaya desapareciendo la corrupción, pero también dudan de que al final sea así y no sea un gran engaño el del cambio. Una corriente que aprovecha el síndrome de la habitación vacía. Aborda como uno de los ejes temáticos el síndrome del impostor. Y usa lo teatrero conceptual (Diálogos y narración como si fueran textos teatrales y énfasis en conceptos) o introspectivo emocional (De corte intimista) como estilos dentro de esta corriente. Una corriente de rasgos más reinterpretativos que reproductores. Tengo mala memoria para las frases literales o para los detalles de las imágenes que no estoy viendo. Esa ceguera narrativa queda reflejada en cómo escribo sin tener el objeto de mi descripción delante. Aquí, se mezclan impresiones sensoriales y digresiones, pero también evocaciones de los pocos detalles que me han dejado marcado sobre algo tanto como sus conceptos, que son los que se me fijan mejor y me permiten hacer los juegos de referentes fanfic que caracterizan estas sagas.
Y la despedida y conversación con Capheus sobre ser sensate y vivir en un mundo onírico virtual, como en el que vivieron ellos.
Lo siguiente ya será Zambia con su día en Lusaka.
Espero que os haya gustado. Un saludo.

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