Reinicio del blog, Jartum en la novela, próximo FFF (10-06-2019)
- Javier Valladolid
- 10 jun 2019
- 16 Min. de lectura
Hola a todos. Para quienes no conocían mis antiguas entradas con mi antiguo blog, bienvenidos. Para quienes las conocían, colapsó a finales de abril mi blog gratuito. Si bien había dado algunos problemas y pude rescatar en Word alguna entrada antigua antes de su colapso, la mayoría de entradas se han perdidos. Estas últimas semanas, he creado esta página, he incluido las entradas conservadas en Word, las reseñas que tenía y alguna más reciente, y unas entradas nuevas que podéis leer, pero no había hecho una entrada inaugural que dé inicio oficialmente al blog. Trataré de explicar lo que pueda, pero hay muchas cosas que ya había contado y no es fácil resumir muchas de las reflexiones recurrentes a lo largo de los años, de alrededor de un lustro. Lo que sí haré será seguir en la misma línea que mi anterior blog. Es decir, literatura, arte, cine, series, música, cultura en general, a veces con viajes, artículos, mi novela y escritos, eventos como la primera presentación de mi novela “El sueño en verso, tomo I: Merha” el pasado 9 de noviembre en el Espacio Joven La Plaza de Fuenlabrada, el tema de las ideolenguas y algunas experiencias de sitios visitados como conciertos, museos, etc.
El viernes vi la inauguración de la exposición de Fuenlabrada Japón Feudal por el Festival de Fantasía de Fuenlabrada el viernes 21, sábado 22 y domingo 23 de junio, dentro de 11 días. Se trata de una serie de ilustraciones de diversos estilos y autores que ilustran una colección de relatos que toman como referencia Fuenlabrada, convirtiéndola en un Japón de corte fantástico, pero con los elementos que los fuenlabreños conocemos y una historias que comparten una misma ambientación. Si podéis, pasaros por la exposición y no podéis faltar al festival. Es uno de los grandes eventos para los frikis de la Comunidad de Madrid y no sólo de Fuenlabrada. Si se vive en otras comunidades y podéis pasaros, aprovechad. No faltará un desfile friki, cosplayers, talleres, conferencias y mesas redondas tanto de fans de asociaciones frikis como de gente de renombre en el mundillo, piezas artesanales frikis, ilustraciones y también stands de venta de libros de editoriales y tiendas especializadas, dando visibilidad a productos y tiendas que no son tan conocidas en los grandes circuitos.
El sábado fui a ver la obra Tiramisú, representada por el grupo teatral Ráfaga, en el centro cultural de Carabanchel. Participaba un amigo actor, Juan Burgaleta, y me invitó a ir al estreno. Con lo que fui con varios amigos comunes a verla. En el cartel, aparecen dos subtítulos “Me encantará violarte en el cementerio”, frase de uno de los antagonistas, y “La historia desmedida de una pasión desmedida y tóxica”. Si bien los personajes dan a entender un discurso ultra machista de “Hay mujeres que quieren que las violen”, entiendo que el texto de Olimpia Lorca, que actúa también en la obra, nos advierte contra las relaciones tóxicas y desmedidas, llevadas por una pasión enfermiza, y expone también las contradicciones del ser humano. La trama es la siguiente:
Evelin/Tiramisú (Rocío Fernández) es una viuda que ha caído en depresión y está atrapada en su casa, consumida por la culpa de no haber visitado a su marido a su tumba. Su amiga Irene (Creo recordar que se llamaba Irene. Está interpretada por Cristela Falcone) y su amigo Carlos (Juan Burgaleta) van a verla muy preocupados. Empieza a recibir llamadas de Pedro; un ex que la violó, quien dice haber salido de la cárcel y que va a violarla en cuanto salga a la calle, ante lo cual reacciona con una mezcla de excitación y miedo, a la vez que se le aparece Manuel (Mario Domínguez), su difunto marido, afirmando que Carlos, quien le ha dicho a ella que el violador está muerto, miente y un sinfín de informaciones contradictorias que harán dudar a la protagonista de todo, incluso de su propia cordura, poniendo hincapié en sus propias contradicciones. La obra es tan dramática que acaba llegando a la comedia en determinados momentos, peliaguda a más no poder y con un ritmo disonante en muchos ratos, pero es indudable que sorprende al espectador, el cual se pasa dos tercios de la obra perdido y aturdido sin entender nada. A nivel actoral, ya sabemos que el teatro es el espacio más genuino del directo y la obra tenía un guion especialmente complicado. Rocío Fernández borda el personaje de Evelin, lleno de contradicciones y de dudas en un maremágnum emocional. Cristela Falcone cumple bien con el papel de su personaje, que salta con rapidez del drama a discursos que resultan cómicos, y a la inversa. El actor que interpretaba a Manuel cumplió con su interpretación. Juan Burgaleta hizo bien el personaje de Carlos, con su elegancia y caballerosidad, pero le patinó un poco un cambio en el personaje en un momento de la trama. La actriz que interpretó a la hermana de Pedro (No recuerdo si el personaje se llamaba Isobel, Isabel o Genoveva. Fue interpretada por Olimpia Lorca) resultó fría y plana; no estoy seguro si el personaje estaba construido así. El actor que interpreta a Pedro (Alberto Fernández), ha hecho un gran trabajo vocal para un personaje estremecedor y ambiguo como el violador. Una obra pensada para un público adulto y que resulta cuanto menos curiosa de ver y complicada de digerir; toda una experiencia.
En cuanto a lecturas, he empezado “2001: Una odisea espacial” de Arthur C. Clarke. Es curioso ver cómo aborda en la obra 35 páginas de etología sobre los primeros homínidos y la influencia del monolito en la evolución, junto a los defectos de la humanidad, que persisten en el tiempo, y una distopía que, en los primeros capítulos de la historia en el año 2001, que era futuro del autor, tienen elementos casi proféticos como la estimación de la población mundial en ese año o el sistema del hijo único en China, mientras que exagera con otros aspectos y da una narración de ciencia ficción dura bastante verosímil con elementos que dejan claro que fue publicada en 1968 y escrita en paralelo a la escritura del guion del film, pero terminada antes, como la azafata.
Llevo varios capítulos de “Frankenstein” de Mary Shelley. Una de las diferencias respecto a las películas estriba en que apenas ha salido el monstruo y todo se centra en la figura del científico, su formación, su vida familiar, su narrativa epistolar, su historia marco en el Círculo Polar Ártico, los límites de la ciencia y el saber arcano, dice que construye a la criatura, conoce a los clásicos tan bien como a los modernos, y otros temas que van surgiendo, en un estilo decimonónico bastante similar al “Drácula” de Bram Stoker.
Y he empezado “Ready for Player One” de Ernest Cline. Es una novela de 2008 de ciencia ficción distópica ciberpunk nostálgica ochentera. Spielberg dirigió la película de 2011. La trama es bastante similar hasta donde he leído en el film y en la película, pero el carácter del personaje suena más coherente en el film, pues, en la novela, suena mucho más adulto y no pega que sea nostálgico de los años 80, mientras que en la película casa a la perfección. También juega en contra el estilo un tanto insulso y sus múltiples referencias ochenteras con notas a pie de página sin que se utilicen para contar algo más en la narración deducible. La cosa va cambiando a partir de la página 26, cuando empieza a poner toda la carne en el asador con los detalles sobre el protagonista y el mundo distópico en el que vive. Una distopía que nos resulta, más allá de su magnitud, bastante verosímil. Unas décadas en el futuro, Estados Unidos, fin de los combustibles fósiles y el cambio climático colapsando la civilización, injusticia social y un programa de realidad virtual lleno de juegos e información para un grupo de gente que vive obsesionada con los 80 y con la promesa de descubrir el huevo de pascua dejado por el creador multimillonario de Oasis para hacerse con todo su dinero.
El tema de que haya visto tantas cosas el protagonista con tan sólo 15 años o que todas las referencias sean de nuestra época me descuadran. Personalmente, intento estirar poco el tema de la coherencia de los tiempos de los actos de los personajes, ensalzar que no les da tiempo a todo, porque se corre el riesgo de perderse la verosimilitud. También me imagino a mis personajes haciendo referencia a obras que han conocido en su época porque resulta poco realista pensar que la cultura de alguien de dentro de 20 años, por mucha crisis que haya, va a ser la misma que alguien en 2019. Es un hecho que tenemos otros referentes de los que hablamos, por mucho que nos encanten referentes de 1999 y anteriores que alguien viviendo su presente en 1999 seguramente conozca y le importen. Porque si fuera así, nos enfrentaríamos a la mayor distopía de todas. De la miseria, de los horrores, se sale como colectivo y la civilización ha afrontado esos problemas muchas veces, incluso de ciertos cambios en el clima, pero una civilización que sólo mira la nostalgia y no encuentra su propia voz ni crea referentes es algo totalmente horrible y que puede llevar al estancamiento absoluto de una sociedad.
He leído clásicos de muchos tipos, con inquietudes diversas, pero el leerlos ha puesto en evidencia el hecho de que mi vida es diferente y que necesitaba mi propio lenguaje y mi propia forma de contar las cosas, mis propias obras, aunque los clásicos pudieran inspirarme. Al fin y al cabo, una obra del siglo XII como “Erec y Enide” de Chretien de Troyes nos habla de cómo lidiar con la vida personal y la profesional, y con los proyectos colectivos en pareja, desde la visión personal de sus autores, y hace que nos planteemos esa pregunta y miremos cómo la respondió su autor para que nos venga cómo la responderíamos nosotros y podamos hacer nuestras propias historias, con nuestras respuestas, lenguaje y demás, aunque en ocasiones homenajeamos, imitamos o referenciamos obras y autores muy diversos.
También continúo algunos ratos con “Watchmen” de Alan Moore, a ver si me lo termino antes de que en el Club de Lectura de Lupus In Fabula hablen de ella. Esta semana han hablado de “Hellboy”:
En cuanto a series, terminé el otro día “Osmosis”, serie francesa de corte pre ciberpunk. No es un término que se haya definido como tal, pero me refiero con ello a esas obras ambientadas en un futuro cercano, a veces presente alternativo, por ejemplo, en “Black mirror”, donde no hay grandes corporaciones sino multinacionales o pequeñas empresas que pueden convertirse en las futuras corporaciones, pero que ya nos presentan los elementos cibernéticos y los lados oscuros de las historias del ciberpunk, que suceden unas cuantas décadas en el futuro o incluso siglos, con un estilo más doméstico en lo distópico. “Ex Machina” también podría entrar en esta categoría. “Osmosis” es una serie que nos plantea la búsqueda de pareja en un mundo donde la tecnología permite acceder a nuestros deseos más profundos y asegura que puede buscar a nuestra alma gemela, pero incluso cuando pueda hacerlo, la persona adecuada puede no serlo si no tenéis la relación adecuada y esa información y tecnología tiene otras posibilidades. Es una serie hermosa, dramática, que empieza un tanto lenta, pero acaba sorprendiendo en su estilo inspirado en “Black Mirror”, pero con un eco algo más esperanzador.
Entre otras cosas, también he visto lo nuevo de “Black Mirror”. Los episodios han añadido un toque más irónico y desenfadado respecto a los episodios casi de pesadilla que solía plantear. El primero mola por su sentido existencial y humano, con el tema de la realidad virtual, los juegos, los deseos insatisfechos, la identidad y las relaciones. El segundo tiene algunos momentazos, pero me chirrió más y me pareció una broma pesada del guionista. El tercero es un episodio que arremete contra la industria de la música pop y contra la idea de querer forzar la identidad de un artista y de una persona en pro de la ganancia económica y de la mejor aceptación social.
No ha faltado el ver el final de “Juego de tronos”, con una de cal y una de arena. Si bien ha tenido algún buen momento en sus conclusiones, pienso que habría quedado mejor terminar en esa escena simbólica clave que cambia todo en el episodio y deja la serie con una clara moraleja antes de llegar al final polémico. Una serie que ha marcado a una generación de frikis, a una etapa de nuestra vida en la fantasía épica, como “El señor de los anillos” con las películas de Peter Jackson en 2001, 2002 y 2003, para unos frikis a quienes nos leían “El hobbit” para dormir y, en mi caso, me aficioné a la enciclopedia Tolkien de los 7 a los 18 con gran furor, leí “El señor de los anillos” en un mes y leí muchas otras de sus obras, “El Silmarillion” incluso, a lo largo de los años, tanto del imaginarium de la Tierra Media como de obras independientes.
Andaba ahora repasando un disco de YouTube que me gusta bastante. Se llama “Idjagiedas” y lo sacó la cantante noruega Mari Boine en 2006; con toques de música tradicional sami en un folk tradicional con una fuerza ancestral singular:
Y volvía a escuchar el disco “KARMA” del grupo ucraniano KAZKA, de un folk electrónico bastante curioso y con varias cancionazas:
Además de una valiente orquesta afgano de mujeres que tocan en música tradicional afgana por muchos de países, pese al rechazo social en su país, las amenazas de muerte y un intento de atentado en Kabul, Afganistán, porque los talibanes prohibían la música, castigaron a los músicos y mucha gente allí ve todavía peor que sean mujeres las músicos:
De música española, escuchaba el otro día la presentación de lo nuevo de Wormed, “Remote Kid”, que, como el resto de su música hard rock, encuentro muy relajante:
O canciones menos recientes como “Déjame decirte” de Lucía Parreño:
También fui la semana pasada al concierto de Versilia en la Jazzville. Es uno de mis grupos favoritos y tengo ganas de que anuncien su nuevo disco. Y fui un poco antes a un concierto de la orquesta Ponchelina con canciones de “Juego de tronos”, en plan explicativo.
En cuanto a artículos, leía ayer una entrevista al antropólogo Juan Luis Arsuaga sobre su nuevo libro y sus neuras, preguntándose por cuestiones ante las que la ciencia sólo puede plantear los “¿Cómo?” y no el sentido intrínseco a ellas, que son parte de la filosofía. Una de ellas, sobre su idea de que los alienígenas deberán ser como nosotros en muchos aspectos cuando contactemos con ellos y algunos misterios del desarrollo humano:
Un artículo interesante sobre filosofía y ciencia, y enigmas como el hecho de que haya surgido la agricultura al menos 5 veces de forma independiente o que la estructura neolítica y de Edad Antigua de los pueblos precolombinos fuera semejante a la occidental cuando no habían tenido contacto, que se haya constatado, en quince mil años, mucho antes del neolítico.
Sobre el tema antropológico de los alienígenas, otra perspectiva con un análisis de los heptápodos de “La llegada”:
Uno sobre uno de los primeros cruceros ecológicos que hay en el mundo:
Aunque la experiencia de un crucero, por lo que me han contado quienes han ido, puede ser alucinante e irrepetible, también es enormemente contaminante. Es genial que las navieras inviertan en modelos muchísimo más ecológicos.
Y un artículo sobre la importancia de educar en cultura y arte:
En cuanto a “El viaje del sueño” y la novela, la historia parte de “El sueño en verso, tomo I: Merha”. En este, encontramos a Nick, un policía experto en desarticular sectas, de pasado sectario, pero interesado en los deportes, en la cultura clásica y en el frikismo, pero también con ciertas inquietudes y, a Sofía, una estudiante de periodismo, y a diversos personajes. Se incorporan con el paso de los tomos, donde siguen enfrentándose a la EDAU, Raquel Pérez, una investigadora del audiovisual, músico y friki que no lo sabe, Allora Gusiluzita, una especie de filóloga, museóloga y apasionada de las artes con inquietudes frikis, Ayna Çakal Ebru, una ingeniera y novia de Allora por un tiempo, y Figas Fygas, una militar que vive en medio de un conflicto de intereses. A lo largo de 10 tomos y 11 libros, viven diversas aventuras en el mundo onírico virtual donde están atrapados, luego en una Europa devastada por la guerra, en asuntos de espías con la introducción del multiverso y, finalmente, viajan en el tiempo a nuestra época, al presente de su mundo ucrónico. Allí, sin Ayna, se incorporan Meehrmrixoh, personaje que retoma de un modo fanfic, en una versión más oscura, más próxima al gobierno estadounidense en “Star Gate SG-1” con bases en otros planetas, pero mucho más en plan corporativo, la división Fringe con el tema del otro universo y las tecnologías de ciencia de vanguardia, Cole, como un personaje de La Compañía de la serie “Héroes”, deteniendo mutantes, y Sukru, personaje inspirado en otros de la serie “Sanctuary”, con poderes anómalos, en un equipo de diversos países y múltiples experiencias. En un momento dado, inician una gira por el mundo como viajeros del futuro y, en paralelo, viven diversas aventuras, incluyendo nuevas tramas de su guerra por el tiempo y el multiverso contra la EDAU. Aquí es donde se emplaza “El viaje del sueño”, a mitad del viaje de 40 semanas por el mundo y hasta el final de este, casi hasta el final de “El sueño en verso”.
En “El sueño en verso”, los personajes han viajado por diversos países, con Australia, Estados Unidos, Islandia, Rusia, Portugal, Japón, Bélgica, Colombia, Italia y España. En “El sueño en verso, parte 2” están en Sudán tras la semana en Egipto. En tal mundo onírico, aludiendo a la trama de la serie “Borgen”, Sudán y Sudán del Sur se llamaron previamente Kharun del Norte y Kharun del Sur, y ahora se llaman como en la actualidad, pero están en una situación compleja. En el aspecto ficcional, Rusia está invirtiendo en el país y la división Fringe con bases allí. Por lo demás, es el Sudán que conocemos.
Es la duodécima semana, que ambienta el viaje del 18 al 24 de noviembre de 2019. Incluyo bastante información turística, económica, con la inversión china, japonesa e india, y general sobre Sudán. Su superficie, qué lenguas se hablan, su nivel económico, su situación política, con mucha crítica social. Es imposible omitir el hecho de que Jartum tenía hace pocos años la mejor universidad de África y que estaba al nivel de Oxford, o las nueve mujeres condenadas a 20 latigazos y un mes de prisión por protestar en Sudán, mientras el poder civil ha desaparecido por la fuerza militar que decide cómo debe ser su democracia. Incluso han destruido hace pocos días la acampada opositora. Con todo, está en mejor situación que Sudán del Sur, que apenas se ha recuperado de la miseria absoluta y los horrores de la guerra, incluso con la crisis alimentaria y con China invirtiendo en carreteras de baja calidad porque las infraestructuras son mínimas y las crisis alimentarias prosiguen. Incluyo la estrofa “Digo Diego”:
Inmensas decisiones políticas transformándose globalmente,
Manteniendo colosal estatus quo; “internacionalizaremos
Dinamismos regionalistas contra interesados capitalistas”.
Sintiendo contradictoria complacencia; intercambiando cabalmente
Tecnológico progresismo, obteniéndose: “Pedestal, hablaremos”.
Oscurantismos inmóviles persistieron agradecidos para
Garantizar avanzadas. “¡Tantísimas injusticias venceremos!”.
El cual alude a las incoherencias de los políticos en el nombre de la estrofa y juega con la antítesis discursiva para hablar de discursos incoherentes en cualquier ámbito. Con 5 palabras por verso, como ya hiciera la estrofa Nueve Palabras o la estrofa Protesta, con una métrica de número de palabras, da un esquema de rimas fijadas y de 20 sílabas.
Uno de los temas recurrentes es el conflicto de intereses y agenda política entre La Compañía, la División Fringe y los viajeros del futuro. La División Fringe necesita que no entren en una guerra con Sudán, aunque suponga consentir una injusticia porque hacen tratos con países de dudosa moralidad; lo que les da libertad para sus experimentos y asuntos sin gobiernos y ciudadanías con dilemas éticos ante lo que puede hacer. Al final, los viajeros han hecho un trato para conseguir esa gira y, mal que les pese, les da medios para parar a la EDAU, para cambiar el futuro del mundo para aspirar a un futuro mejor, y eso es una fuente de problemas que les llevan a situaciones que no les gustan.
Figas hace una crítica al neoliberalismo y su perversión del capitalismo concebido para mejorar el mundo, acabar con la pobreza y mejorar las vidas de la gente.
No falta hablar un poco más de Sudán del Sur, que tiene recursos naturales y gran belleza, pese a todos sus problemas. No faltan tampoco digresiones sobre las futuras estaciones espaciales y micro biología que obtiene hidrógeno, dióxido de carbono y monóxido de carbono, que pueden ser elementos para la agricultura. Tampoco falta el tema de la falta de secretismo a la hora de votar el voto secreto o los doubteeth, con algo que es un granito de arena, pero con muchos se logran grandes cosas, además de otras irregularidades relacionadas con la falta de protección de datos del voto o el voto de disciplina de partido frente al voto individual. Vamos descubriendo más cosas sobre Meehrmrixoh, personaje cuyo aspecto o identidad real desconocemos porque no sólo lleva un pseudónimo sino que usa una tecnología de la división Fringe que permite cambiar de aspecto físico por la identidad de cualquier otra persona que recuerde. Incluye unas reflexiones sobre la comunicación y la felicidad constructiva, en un sueño con una conversación con la muerte y un chiste de filólogos después.
La situación entre Sudán y Sudán del Sur se torna complicada porque la codicia por el petróleo vuelve a entrar en juego. Sudán del Sur es un país rico en petróleo, pero sus dinerales de beneficios por ellos se van a pagar la deuda externa. A lo que se unió el volver al problema de la limpieza étnica que aconteció durante la guerra. Jartum es una ciudad enorme, algo habitual también en Egipto, donde hay pocas ciudades, menos aún pueblos, pero muy pobladas, y con un contraste de modernos edificios muy altos y bloques de pisos tercermundistas. Caso del moderno y rico edificio Al Fatih, frente a tanta miseria. En una ciudad de presencia islámica y colonial.
No falta un flashback sobre un momento crítico de Merhaba en la juventud, de Nick, adoptado por una familia de clase media baja tras quedarse huérfano. Vemos la parte distópica de Merhaba, con la desigualdad y la miseria en un espacio alejado de la rutina con ecos ciberpunk del periodo del 2100 al 2120, cuando regresan al pasado poco antes de cambiar de año. Flashback que habla de los reveses de la vida y de las injusticias. Todo relacionándose con los peores momentos de Sudán del Sur. Además de la importancia de la ayuda al desarrollo.
Luego Raquel utiliza varias palabras del idioma pantakakiano. El pantakakiano es la lengua implícita del imaginarium de Pantakakistos y también la hablan muchas personas en medio mundo, incluyendo Quenwerie (El país de los frikis), Marte (Con un sofisticado país lleno de ciudades grandes protegidas y muchos recursos) y Maan (El país de La Luna) con variaciones respecto a la de El Fin de Pantakakistos.
-Puyesfo: Literalmente, ecosistema mundo; ecosistemas del mundo, ecosistemas mundiales, cada ecosistema del mundo.
-Yesfopu: Literalmente, planeta ecosistema; planeta temático, planeta con un único ecosistema (Como Tatooine, Hoth, Felucia, Bespin o Corusant de Star Wars).
-Enyesfoog: Literalmente, sincronicidad og; tópico de acabar todos en el mismo punto del planeta o encontrándose en el mismo lugar cuando hay muchos otros espacios posibles donde podrían acabar dentro de un mismo espacio (Algo que se da mucho en la space opera y en el post ciberpunk).
Vocablos que evocan diversos aspectos de la ciencia ficción aludidos en una digresión friki lingüística. Digresión en estrofa Akusento, que juega con el calambur y con cambiar el acento para formar una pseudorima. Además de otro diálogo con el tema de un aparato que Meehrmrixoh llama “Versificador” y “Prosificador”, aludiendo a universos paralelos y a un juego con los poemas narrativos. El universo de “El sueño en verso” se caracteriza por el hecho de ser una propiedad intrínseca de ese universo, al igual que la de las sincronicidades ficcionales, que todo se conecte y el lenguaje sea en verso, frente a otros universos donde la prosa con el sentido de los textos a renglón seguido existe y eso les cuesta entenderlo incluso si se lo cuentan. Investigando sobre este tema, me sorprendió descubrir un poema narrativo, que no novela en verso, de ciencia ficción de una autora española actual, Ana Tapias, del 2018, llamado “Las ovejas radiactivas de Kolimá”. También referencias al cyberprep, de corte optimista, frente al ciberpunk, y otros subgéneros del ciberpunk, y el pre ciberpunk.
Esto sin olvidar, un final de su estancia en Jartum con el tema del regreso de los zepelines para viajes turísticos, aquí, imaginando que lo harán en el parque nacional Dinder en Sudán. A lo que se añaden explicaciones de Figas, quien conduce coches terrestres y coches voladores, sobre el tema de la circulación y la prioridad en el ámbito de los vehículos voladores. Y otras cuestiones menos agradables las omite, a la vez que aludo a diversas obras destacadas de la ciencia ficción de diversos países de África. Así como los cambios en los hábitos de lectura, con libros cada vez más cortos. No falta un poco de gastronomía y también de música, como
-Al vídeo Sudanese Music from Nada Al Qalaa 2019:
Cerrando así ese primer día de viaje en la semana de Sudán, con Rabak el martes de la semana de Sudán.
Espero que os haya gustado.

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