Reseña de “El regreso de Mary Poppins” (07-01-2019)
- Javier Valladolid
- 7 ene 2020
- 2 Min. de lectura
[Dinero o ilusión]
[Aviso de spoilers]
Ayer vi en el cine “El regreso de Mary Poppins”, película estadounidense de musical fantasía y comedia, dirigida por Rob Marshal, guionizada por David Magee y basada parcialmente en “Mary Poppins comes back” de Pamela Lyndon Travers, secuela de “Mary Poppins”. Me ha parecido una película amena, con ratos divertidos, una música correcta, impresión de remake más que de secuela, y algo de miga en el conflicto dinero sueños y buenas y malas prácticas bancarias. Le pongo un 6.
25 años después de la última visita de Mary Poppins a los Banks, los pequeños han crecido y la gran depresión, 1935, acaba de comenzar. Michael Banks (Ben Whishaw) es pintor y banquero. Su hermana Jane Banks (Emily Mortimer) es activista. Tras la muerte de la esposa de Michael, este tuvo que pedir un préstamo a William Weatherall Winkins (Colin Firth), sobrino de Mr. Dave Jr. (Dick Van Dick), quien le da un plazo de 5 días para pagarlo o el banco embargará la casa. Al mismo tiempo, recuerdan que tenían unas acciones que podrían pagar la deuda, aunque no dónde, y regresa Mary Poppins (Emily Blunt) para ayudar a los Banks y cuidar de Annabel (Pixie Davies), John (Nathaniel Saleh) y Georgie (Joel Dawson) Banks, los pequeños hijos de Michael.
La película cumple bien visualmente. La música está bien, aunque, personalmente, no me ha entusiasmado especialmente. Se pasa un buen rato y las canciones de estilo cabaret de la aventura del circo con los pingüinos destacan, pero no he sentido la magia que sentía con su predecesora cuando era niño ni el gran disfrute de otros musicales. El discurso de sueños versus dinero, si bien no es nuevo, el mundo adulto del banco en contraposición con el mundo infantil de los sueños era la base de su predecesora, da cierto juego. En especial, con la crítica a trabajar pensando en los clientes o pensando en los beneficios, aunque en la predecesora fuera una preocupación más directamente laboral y aquí tenga más que ver con la deuda.
A su vez, por lo que he leído en Wikipedia, esa trama de la deuda no está en la novela en la que se basa. Lo que hace de la película más un remake que una secuela como tal. Hay varias escenas que podemos identificar como imitaciones de escenas célebres de su predecesora, como la de Los iluminadores vs. Los deshollinadores.
La película me dio una sensación de repetición y de escaso avance en contenidos o discurso. Por el contrario, tiene ratos graciosos y de guiños divertidos, como aquel del personaje de Topsy, la prima de Mary Poppins (Meryl Streep) y el revés, o los globos que hacen flotar.
En conclusión, una película entretenida y hermosa, que presenta una cierta miga con el discurso bancario y el conflicto sueños-dinero, pero que desaprovecha las posibilidades discursivas como secuela de la película y la convierte en un remake con números musicales que están bien.
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