Reseña de “Gorrión rojo” (25-03-2018)
- Javier Valladolid
- 25 mar 2020
- 2 Min. de lectura
[Esclava libre]
[Aviso de spoilers]
Ayer vi en el cine “Gorrión rojo”, película estadounidense de espionaje y suspense, dirigida por Francis Lawrence y guionizada por Justin Haythe, basada en la novela homónima de Jason Matthews. Me ha parecido una genial película de espionaje, que nos habla sobre los dilemas y las libertades, así como el equilibrio entre libertad y compromiso, aunque una vuelta de tuerca más habría hecho una peli todavía más redonda. Le pongo un 8,5.
Dominika Egorova (Jennifer Lawrence) es una bailarina del Bolshoi que sufre un accidente en el escenario, el cual le aparta de la danza y le lleva a trabajar para su tío Ivan Vladimirovich Egorov (Mathias Schoenaerts), miembro de la inteligencia rusa, como una de los gorriones rojos, con el agente de la CIA Nate Nash (Joel Edgerton) como primera misión.
La película aborda cuestiones como el deber, la libertad, el patriotismo, el individualismo y sus límites, así como las ilusiones y deseos. Algo que vemos especialmente en los duros entrenamientos de los gorriones en seducción, análisis de comportamiento, habilidades físicas, forzar cerraduras y en obediencia, con un sistema más propio de la guerra fría que de la modernidad; especialmente destacado en la idea de que el cuerpo de los y las cadetes pertenece al estado ruso y deben hacer lo que se les ordenen por encima de emociones o de ellos mismos o ellas mismas.
También el choque de impresiones respecto a los valores occidentales en el caso de la CIA, donde Nate se encuentra en las antípodas circunstanciales de Dominika y su postura es muy distinta, por mucho que ambos sean espías desde el más crudo realismo. Desarrollándose una dinámica compleja cuando sus historias acaban por converger.
Jennifer Lawrence lo borda y su personaje resulta tremendamente sensual y ambiguo, de forma que nos podemos esperar cualquier desarrollo en los dilemas que se le presentan.
En contra, otros personajes quedan bastante menos desarrollados, en general, la postura de la CIA y las dinámicas internas de los personajes quedan muy planas en comparación con el lado ruso, y quizá la trama podía dar más de sí y entenderse mucho mejor.
En conclusión, una película donde el suspense y el realismo, con mucha sensualidad, ayudan a hablar de la libertad, de los deseos, de la cuestión de qué es lo correcto, de la desesperación y de otras cuestiones fundamentales, a la vez podían haberle dado una mayor vuelta de tuerca profundizando al mismo nivel en las problemáticas de ambos bandos.
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