Reseña de “Las vírgenes suicidas” (24-03-2018)
- Javier Valladolid
- 25 mar 2020
- 2 Min. de lectura
[Deseos y realidades]
[Aviso de spoiler]
Hace unos días vi en DVD de clase “Las vírgenes suicidas”, película estadounidense de misterio de 1999, dirigida y guionizada por Sofía Coppola y basada en la novela homónima de Jeffrey Eugenides sobre la familia Lisbon, cuyas hijas se suicidan. Me ha parecido una película interesante en la cuestión de los deseos frustrados que genera más preguntas que respuestas y habla de la adolescencia, pero que da una sensación de tener demasiados puntos oscuros en la historia que nos cuenta. Le pongo un 6,0.
A mediados de los 70, en un barrio residencial de una ciudad estadounidense, la familia Lisbon queda conmocionada con el suicidio de sus hijas tiempo después del suicidio de una de ellas tras un intento previo. Veinticinco años más tarde, un grupo de chicos que las conocieron hablan de ellas en lo que parece ser un espacio de terapia porque nunca superaron su muerte.
La película no destaca en estética sino en el juego de puntos de vista. Lux Lisbon (Kirsten Dunst) es la hermana mayor y la que muestra un mayor protagonismo, evolucionando de un modo un tanto particular tras la muerte de su hermana Cecilia Lisbon (Hanna Hall). De forma más coral, vemos a las otras hermanas y a los padres, Ronald Lisbon (James Woods), sumiso y de personalidad peculiar, y a la señora Lisbon (Katheen Turner), de fuertes valores católicos y muy estricta. En la parte de los chicos, tenemos el foco en un grupo de chicos que no tenían un trato demasiado profundo en general con ellas y Trip Fontaine (Josh Hartnett), el enamorado de Lux, muy afectado años después por lo sucedido.
Uno de los puntos de interés es la educación que reciben las hermanas. Viven en un clima familiar lleno de reglas y de cierre al exterior, donde la madre impone un proteccionismo machista y busca amenazas, como el interés sexual, que justifiquen el mantenerlas seguras a través del no hacer, en un clima que tiende a la falta de vitalidad. También en la gestión del dolor y de las apariencias, buscando una normalidad y un éxito fuera de toda lógica tras una tragedia, como en el contraste entre cómo está la casa tras el primer suicidio.
Vemos temas como el acoso en las bromas al diferente o en el acoso sexual, la socialización en el instituto o en la complejidad de los anclajes a la vida y a la propia identidad. Otro punto importante es el choque entre lo que se nos cuenta y la dificultad para juntar las piezas de lo que es real y lo que no, con esas narraciones sesgadas y a la vez muy emocionales sobre los deseos de lo que querríamos que hubiera sucedido y lo que fue; lo que da algunos de los puntos más geniales e impresionantes del film.
En conclusión, una película que nos habla de la adolescencia, de la educación y de la problemática del suicidio, pero que nos sobrecoge con el choque entre deseo y hechos, a la vez que nos deja con una sensación de poder dar más de sí.
Comments