Reseña de “Lion” (09-02-2017)
- Javier Valladolid
- 13 feb 2020
- 3 Min. de lectura
[Emoción desde el origen]
[Aviso de spoilers]
El miércoles vi “Lion” de Garth Davis y Luke Davies, australiano estadounidense de género dramático biográfico, basado en el libro de no ficción “A long Way Home” de Saaro Brierley, sobre un joven indio que se pierde, es adoptado por una familia australiana y veinte años después trata de encontrar a su familia perdida. Me ha encantado, le pongo un 9,6.
En 1986, Saroo (Dev Patel/Sunny Pawar), un niño de cinco años, ayuda a su madre y a su hermano recogiendo piedras en un pueblo de India. En un momento dado, se va con su hermano a otro pueblo por un trabajo y este le pide que se quede en la estación mientras va a enterarse de en qué consiste. Como su hermano no vuelve, el pequeño trata de buscarle y acaba en un tren a Calcuta. El niño perdido, debe afrontar diversos peligros hasta acabar en un orfanato y ser adoptado por la familia australiana, Sue Brierley (Nicole Kidman) y John Brierley (David Wenham). Ya adulto, se obsesiona con buscar su antiguo hogar y a su familia perdida.
Lo primero que destaca en esta de esta película es el juego de emociones que crea dentro de una normalidad inquietante. Acompañando a una excelente fotografía y a una excelente música de acompañamiento, tenemos una historia que pone los pelos de punta. Con un comienzo que recuerda en estilo a Terrence Malick, lento, lleno de sensaciones, de esas pocas películas que tienes que enganchar los pies a la mochila para no dar patadas inconscientes sobre el respaldo de quien está delante o necesitas caminar en mitad de una escena. La película no excluye la crítica social sino que la fomenta desde un realismo material y visceral, que a ratos sugiere y a ratos muestra sin sacar ni detenerse en lo escabroso. Temas como la pederastia, la indiferencia, la falta de protección de la infancia, la corrupción policial, la miseria, el desamparo, la falta de derechos laborales, la religión y la ilusión por las pequeñas cosas están muy presentes. Algo que ya vemos cuando el pequeño sueña con comprar una comida especial.
En el segundo tercio, vemos su adopción y su vida en Australia, ya adulto, con flashback que le conectan con su vida en India, su viaje de Tasmania a Melbourne para estudiar dirección de hoteles, los conflictos con su hermano Mantosh (Divian Ladwa), también adoptado, en la familia, su relación con Lucy (Rooney Mara), su novia, y todo el dramatismo del conflicto existencial, emocional, de identidad y vivencial que vive en esa búsqueda. Además de contrastes culturales y lecciones sobre el uso de Google Earth como medio narrativo o la cultura de origen y la cultura que se conoce.
Todos los actores lo hacen muy bien, pero, sin duda, quien se come la escena como la dulce madre adoptiva es Nicole Kidman; especialmente memorable es la escena en la que habla con Saroo sobre por qué lo adoptaron. La película inquieta y emociona a niveles que hacen llorar de alegría y de pena, con un golpe emotivo tras otro, de forma que la emoción no da cuartel, pero tampoco anula la reflexión. Quizá se echa en falta un poco explorar más la parte de la infancia y adolescencia del Saaro y su hermano adoptivo, pero el resto, funciona muy bien y deja entre inquieto y maravillado.
En conclusión, un torrente de emoción y calidad en todos los sentidos, que podrá gustar o no, pero que no puede dejar indiferente.
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