Reseña de “Shang Chi y la leyenda de los diez anillos” (14-09-2021)
- Javier Valladolid
- 14 sept 2021
- 3 Min. de lectura
[Amor, dragón, poder, bestia alada]
[Aviso de spoilers]
El miércoles pasado vi en cines “Shang Chi y la leyenda de los diez anillos”. Es la nueva película de Marvel, de la fase 4 del Universo Cinematográfico Marvel, de superhéroes, drama, comedia, acción, artes marciales y artes místicas. Dirigida por Destin Daniel Cretton y guionizada por este y David Calaham. Me ha parecido una película que, si bien tiene muy buenos efectos especiales y buena acción, tendiendo puentes entre el público chino y el estadounidense, resulta irregular en el desarrollo dramático, cómico y de personajes, con un ritmo que no va bien en muchos momentos. Le pongo un 6,8.
Hace miles de años, Xu Wenwu/El Mandarín (Tony Leung) descubrió los diez anillos. Gracias a los cuales se hizo inmortal, además de recibir poderes místicos, y aprovechó su inmortalidad para acumular poder en la sombra con un ejército de asesinos y la organización de los Diez Anillos. Sin embargo, su irrefrenable deseo de poder le llevó buscar, en 1996, Ta Lo, una aldea oculta en China llena de poder místico y criaturas mágicas, pero, antes de encontrarla, se topó con Ying Li (Fala Chen), que era la guardiana. Se enamoraron y tuvieron dos hijos. Shang Li/Shaung (Simu Liu) y Xu Xialing (Meng’er Zhang). Cuando Shaung tenía 7 años, su madre, que renunció a sus poderes, muere a manos de unos enemigos de su padre y este le entrena para ser un asesino. A los 14, Shaung huye a San Francisco con una nueva identidad, pero, en el presente, el pasado llama a su puerta con una guerra en camino y un reencuentro familiar.
La película está vinculada temáticamente tanto con “Iron Man 3” como con “Doctor Strange”, con la presencia de Wong (Benedict Wong), aunque se sitúa tras “Endgame”, sin quedar del todo clara la continuidad con otras historias posteriores al regreso post chasquido. Presenta abundancia de escenas de acción y se nota el gran esmero que han puesto en los efectos especiales, como el bosque móvil, los efectos visuales y en las escenas de acción con artes marciales que, a veces, tocan el wuxia, y otras son un cine de acción más cercano al occidental. La película tiene bastante humor, tanto por las contradicciones del protagonista como por su coprotagonista Katy (Awkwafina), la mejor amiga de Shang-Chi, quien desconoce su pasado, y, sobre todo, por Trevor Slattery (Ben Kingsley), cuyo personaje consigue ser mucho más disfrutable que en Iron Man y es un ameno secundario. Claro que no siempre está bien metido y queda a veces muy ridículo. Se disfruta de ciertas escenas cautivadoras como las relativas a Ying con la historia de amor y de familia. Es positivo el lado ambivalente de Xu Wenwu, o el dilema de Shang sobre ser una persona normal o su misión, entre su pasado y quién quiere ser, y se agradece el uso del chino y del inglés, con el contraste social y cultural del inmigrante.
En lo malo, además de ciertas escenas de humor mal metido, que resultan ridículas, el ritmo queda un tanto descolocado y los personajes se sienten bien desarrollados en algunos aspectos y muy poco en otros. Hay escenas que resultan hinchadas. En especial, una batalla que, en muchos aspectos, recuerda a “El hobbit: La batalla de los cinco ejércitos”, además de detalles no del todo verosímiles. Lo que genera un sabor agridulce.
En conclusión, una película cuyo uso del humor cuando funciona, el tender puentes culturales chino-estadounidenses, buenos efectos visuales y acción wuxia-occidental, y una trama familiar con historia de amor cautivadoras, hacen una peli bastante disfrutable, pero queda muy minada por un ritmo y desarrollo irregular de la acción y los personajes, y algunos detalles inverosímiles.
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