Reseña de “Solo” (21-01-2019)
- Javier Valladolid
- 21 ene 2020
- 2 Min. de lectura
[Culpa-Vida] [Aviso de spoilers]
Hoy he visto en Netflix “Solo”, película española de 2018 de drama y supervivencia. Me ha parecido una película con una fotografía excelente, interpretaciones solventes y buenas reflexiones, pero que se lía un poco con los juegos de realidad-ensoñación y recuerdo. Le pongo un 8.
Álvaro Vizcaíno (Alaín Hernández) tiene un accidente en Fuerteventura, y cae por un acantilado. Herido, solo, debe encontrar la forma de sobrevivir y afrontar sus miedos y arrepentimientos.
La película tiene una buena dirección y una fotografía alucinante. Los actores son solventes y la historia atrapa, no tanto por la parte de supervivencia, aunque pueda recordar a “Infierno azul” por temática, sino por el enfoque vital que hay detrás. Tenemos a Yaiza (Leticia Etala) como el ejemplo de libertad, de no atarse a compromisos con nadie. En cambio, tenemos a Ona (Aura Garrido) que es el gran amor y la gran culpa de su vida por las decisiones que él ha tomado, y a Nelo (Ben Temple), que da el paso de cambiar su vida. Lo que va a llevar a muchos dilemas y reflexiones sobre qué ha hecho el personaje, cuáles son sus valores, qué le ata a la vida y qué cambiaría, o la aceptación de la vida y la muerte; contadas de modo cautivador. La amistad, la familia, el amor, su trabajo o su gran pasión, el surf, entran a formar parte de ese viaje reforzado por cada uno de los elementos técnicos de la película.
En la parte mejorable, abundan las ensoñaciones y los recuerdos, pero el orden narrativo de estas no queda del todo coherente. Al menos, hay bastantes cosas que chirrían en el momento en que se nos cuentan si seguimos con la narración de la película y resulta ambiguo si es un recuerdo o un sueño o algo que responde a una cronología posterior. Se podía profundizar más en el personaje de Ona, a un nivel más individual, no tanto quedarse en cómo es su relación con Álvaro.
En conclusión, una película cuya excelencia visual, su calidad interpretativa y su historia de supervivencia, cargada de reflexiones existenciales emotivas, atrapan, pero cuya falta de profundización en el personaje de Ona fuera de su relación con Álvaro y la ambigüedad de ciertas partes entre el recuerdo y el sueño mina en parte el resultado final y no es tan excelente como podría haber sido.
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