Reseña de “Un perro de otro mundo” (24-12-2019)
- Javier Valladolid
- 24 dic 2019
- 2 Min. de lectura
[Dignidad y amistad]
[Aviso de spoilers]
El sábado vi en HBO “Un perro de otro mundo”, película de 2003, infantil cómica de ciencia ficción, dirigida y guionizada por John Robert Hoffman, sobre un joven y su encuentro con un perro del espacio. Me ha parecido una película simpática, divertida y con cierta miga sobre el trato a las mascotas, pero que podía haber dado más de sí en cuanto a profundizar en el tema y nuestro papel en la naturaleza. Le pongo un 6,5.
Owen Baker (Liam Aiken) es un solitario joven de doce años que trabaja paseando perros y desea tener su propio perro. Sus padres adoptan un perro de la perrera, al que le llaman Hubble (Matthew Broderick, doblaje de Carlos Espejel), que resulta ser un perro llamado Canido-3942, que viene del planeta Patria con una misión. Cuando el celuladrar resulta dañado, Owen adquiere la capacidad de hablar con los perros y debe ayudarles en una misión de la que depende el futuro de todos los perros de La Tierra.
La película recuerda a otras películas de ciencia ficción familiar, típicas de los 90, del tipo “Cariño, he encogido a los niños”. Sin embargo, plantea desde el humor distendido varias interesantes cuestiones como el rol adaptativo de la cooperación entre perros y humanos, cuál es el concepto de dignidad, el conflicto entre totalitarismo y amistad (Los perros de Patria no creen en la amistad sino en dominar el mundo) o la personalidad de cada animal en función de la educación y rutina con sus amos. A su vez, el protagonismo se reparte entre Connie Flemming (Brittany Moldowan), una joven de la edad de Owen, que se convertirá en su amiga y aliada en la aventura, y los perros, mientras que los padres y vecinos adoptan un rol más secundario. Resulta amena y divertida en las interpretaciones, dinámicas y pueden sacarnos una sonrisa. Junto al concepto de hogar.
En el aspecto negativo, si bien da algunas pinceladas sobre la importancia de los perros en nuestra vida y se toca el acoso escolar, tiene miedo a hablar más en profundidad sobre el problema del abandono a los perros, del maltrato al que les someten los malos dueños, de sus roles en la sociedad más allá de algún tímido comentario, o el ver algo de cómo viven los perros en, a ojos de estos, la utopía de Patria, o del acoso escolar en profundidad, convirtiendo a los matones en antagonistas superfluos.
En conclusión, una película divertida y amena que aborda el tema del acoso, del papel de los perros en nuestra vida, del hogar y de la amistad frente al totalitarismo, pero podría profundizar mucho más en todos esos temas para dar una mayor impresión de redondez.
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