Reseña El Principito (23-09-2016)
- Javier Valladolid
- 24 sept 2021
- 3 Min. de lectura
[No es barrio para niños] [Aviso de spoilers]
El miércoles estuve viendo en el cine la última versión de “El principito”, con el título homónimo, que se base de forma algo libre en la novela homónima de Antoine de Saint-Exupéry. Me ha gustado bastante, le pongo un 7,6 dentro de la extrañeza que provoca su planteamiento de la historia de este clásico de un aviador que conoce a un niño príncipe que le cuenta su viaje por distintos planetas y asteroides donde encuentra adultos singulares y su llegada a nuestro planeta.
Podemos considerar esta película una secuela que nos cuenta buena parte de la historia del libro como historia marco y a la vez continúa con sus consecuencias. La premisa es la de una madre que nos recuerda a los hombres de negro de “Momo”, una funcionaria gris, sin imaginación, efectiva en su trabajo, que mide cada detalle de su vida y la de su hija, que la tiene como referente clónica y hace todo lo posible por entrar en una escuela donde su hija alcance el éxito en un barrio lleno de adultos con grandes coches y todo muy clónico. No lo consigue a la primera y su madre opta por mudarse a una casa clónica al lado de una destartalada casita diminuta que contrasta con el resto del barrio. Allí vive el aviador, ya anciano, considerado un loco al que la policía trata con cierto hastío sin ser duros con él. Poco a poco, se gesta una amistad abuelo nieta entre la niña y el anciano, con la historia de “El principito” como hilo argumental.
A nivel visual, es muy hermosa y curiosa. Para la mayoría de escenas del cuento usan animación cuadro por cuadro, con lo que parece papel maché o cartón de gran hermosura, y una animación por computadora en las otras que nos recuerda a “Up”, pero de una belleza más pulida; creando un contraste enorme, pero en ningún caso cutre; a veces hasta parece que tenemos imágenes reales de fondo, aunque no lo sean. Se juega mucho con el contraste mundo adulto y mundo infantil, el concepto de éxito y el concepto de olvido. Se recuperan algunas de las historias de la original y muchos diálogos entre la niña y el anciano van en relación con explicar los discursos y aspectos del libro; se echa en falta no ver tan rápido esa parte del libro. Hay mucha sátira ácida, como con la madre dando manguerazos a las palomas o planificando todo lo que la niña tiene que hacer a lo largo de su vida a cada momento para alcanzar el éxito.
Pero donde la película se vuelve realmente asombrosa y a la vez desconcertante es en su tramo final, con distopía, la muerte del principito con la serpiente, con una evolución de las tramas del libro y detalles que si los niños los entendieran saldrían horrorizados mientras los adultos disfrutamos de esos dardos, donde la crítica más o menos suave hacia los adultos, o a cierto modelo de ser adulto, en el libro toma toques realmente siniestros en esta película y recuerdan a “Un mundo feliz” de Huxley.
En conclusión, una película hermosa, mezcla de “Hook”, “Matilda”, “Un mundo feliz” y la novela de “El principito”, con puntos desconcertantes, pero, en definitiva, una adaptación muy interesante de un gran clásico.
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