Reseña de “Animales nocturnos” (17-03-2018)
- Javier Valladolid
- 17 mar 2021
- 2 Min. de lectura
[Arrepentimiento]
[Aviso de spoilers]
Ayer vi en DVD de la biblioteca “Animales nocturnos”, película estadounidense de suspenso, de 2016, dirigida, coescrita y co-producida por Tom Ford, basada en la novela “Tony and Susan” de Austin Wright. Me ha parecido una historia existencialmente muy intensa, pero que falla un poco en la parte del thriller. Le pongo un 8.
Susan Morrow (Amy Adams), dueña de una galería de arte, ve que su negocio está en peligro de quiebra y que su segundo matrimonio, con Hutton Morrow (Armie Hammer) hace aguas. De repente, le llega un manuscrito de su ex marido Edward Sheffiel (Jake Gyllenhaal), del que no sabía nada y ha seguido escribiendo, dedicado a Susan; novela que le hará replantearse muchas cosas.
La película tiene un buen nivel fotográfico e interpretativo, con un estilo que denota identidad propia y anima a la reflexión. La historia ahonda en las decisiones y en los arrepentimientos. En las expectativas y en la autoimagen, como en los motivos por los que Susan acabó dejando a Edward después de casarse con él, pese a la oposición de su clasista religiosa madre, quien quería otro tipo de hombre para ella. También está presente el tema de la homofobia y el arte. O la decisión de quedar con Edward después de 19 años y hablar de la novela y sin saber qué más puede pasar.
En paralelo a todo eso, la novela, llamada “Animales nocturnos”, el manuscrito, es una historia desgarradora en que Tony Hastings (Jake Gyllenhaal) y su familia son víctimas de unos maleantes en medio de la carretera y finalmente su familia acaba muerta. Historia que deja ver cómo se siente respecto a lo que ocurrió. El problema de la parte de thriller, intercalada con la personal actual de Susan y con diversos flashbacks, es el hecho de que pierde ritmo y deja con una sensación de demasiadas preguntas, frente a la realidad presente, donde no todo se cierra, pero tenemos una idea clara de qué respuestas hay, cómo se sienten los personajes y qué preguntas podemos responder como espectador tras algo más de hora y media de intensas emociones.
En conclusión, una película con buena fotografía, buenos actores y muchas emociones y reflexiones sobre las decisiones, el arrepentimiento, la culpa, las expectativas y una mirada al pasado y cómo afecta, que no termina de cuajar con la inmersión del thriller.
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