Reseña de “Erase una vez en Hollywood” (17-08-2019)
- Javier Valladolid
- 17 ago 2019
- 2 Min. de lectura
[Cinema Paradiso decadente]
[Aviso de spoilers]
Ayer vi en el cine “Erase una vez en Hollywood”, película estadounidense de drama y comedia nostálgica (Figura oficialmente como crimen y misterio, pero es lo que menos tiene) de época dirigida y guionizada por Quentin Tarantino. Su novena película. Me ha parecido un buen homenaje al cine y a la televisión de la época, resulta dramáticamente intensa en el conflicto de identidad, expectativas e incertidumbre de futuro de los protagonistas, divertida algunos ratos, y los actores se crecen, pero también peca de demasiado lenta y poco conectada en algunos momentos, de carecer del ingenio o el ritmo de tensión de otros films del director. Le pongo un 6,2.
En 1969, en Los Ángeles, Rick Dalton (Leonardo Dicaprio) sufre una crisis de identidad en su carrera tras haber alcanzado la fama como villano de westerns y como protagonista de la serie western Bounty Law en 1958, sintiendo la decadencia de su futuro profesional como una constante, mientras se plantea ir a Italia a rodar espagueti westerns. En paralelo, su amigo Cliff Booth (Brad Pitt), doble de riesgo de Rick, trata de buscarse la vida y ve su decadencia en el sector mientras sueñan con los viejos tiempos.
La película tiene una buena ejecución de dirección y actores. Hay momentos muy buenos como las conversaciones entre Cliff y la entrañable Trudi Fraser (Julia Butters), que empieza siendo una niña un tanto repelente y consigue en sus pocos minutos de aparición hacerse un hueco en el corazón del espectador, en una de las escenas más evidentes del drama personal. O diversos momentos de las intrahistorias homenaje al cine y televisión de la época y homenaje a la propia filmografía de Tarantino, que se rastrea en muchos momentos. Plantea algo similar a “Cinema Paradisso” con la búsqueda de la nostalgia para dotar a los protagonistas de una identidad propia, y más o menos le funciona, aunque desconocía muchas de sus referencias. La película tiene ratos de diálogos divertidos.
Por el contrario, la película resulta a veces demasiado lenta y carece de la tensión dramática de suspense de muchas de sus películas. Quedando la parte violenta, que es lo de menos en este film, frente a otros de su filmografía, como un añadido de última hora. Juega con la ironía narrativa sin lograr ese efecto tan icónico y, a la vez, las distintas líneas que plantean resultan mal conectadas. El personaje de Sharon Tate (Margot Robbie) parece que va a tener un protagonismo mucho mayor y habría dado para mucho más. La aparición de Bruce Lee (Margot Robbie) queda como un cameo gratuito. Se abren misterios del pasado sólo para describir personajes sin apenas transcendencia posterior con apariencia tramposa de mucho más. Y el desenlace está metido con calzador. De modo que no hay realmente cohesión narrativa.
En conclusión, una película que sabe jugar con la nostalgia a lo “Cinema Paradiso” y los auto homenajes a la propia filmografía de Tarantino y resulta interesante su drama ante el futuro con la decadencia como tema y entretenido humor con algo de acción, pero sus tramas secundarias con insuficiente profundización, muy a la deriva, y un ritmo demasiado lento, que anula la tensión e ingenio habituales de sus películas, lastran el film.
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