Reseña de “Sin Perdón” (02-06-2022)
- Javier Valladolid
- 2 jun 2022
- 2 Min. de lectura
[Redimido o desatado]
[Aviso de spoilers]
Ayer vi “Sin perdón”, película estadounidense de 1992 de western crepuscular, dirigida por Clint Eastwood y guionizada por David Webb Peoples, cuyo argumento se inspira en “The Lawman” de 1971. Me ha parecido una película muy bien hecha, con buenas interpretaciones, un guión con miga, buena dirección y bastante emoción, pero la conexión emocional y el interés ha ido variando mucho desde una película interesante a partes sublimes con la culpa, la redención, la vejez y la justicia como ejes. Le pongo un 8,5.
En 1881, en Big Whiskey, Wyoming, los vaqueros Quick Mike (David Mucci) y Dave-Boy Bunting (Rob Campbell) atacan y desfiguran a una prostituta. Por su crimen, el único castigo que el alguacil local, Little Bill Daggett (Gene Hackman), ordena que le entreguen varios caballos. Las prostitutas, por su parte, anuncian una recompensa para el asesino que mate a los dos vaqueros. En Hodgeman, Kansas, un joven apodado The Schofield Kid (Jaimz Woolvett) llega a la granja de William Munny (Clint Eastwood), un famoso asesino retirado, para convencerle de que se una a él para obtener la recompensa. Munny recluta a su amigo Ned Logan (Morgan Freeman), para retomar esa vida por última vez.
El western, por lo general, no es un género que me seduzca ver, pero este presenta un elemento atípico. Frente a la imagen de los pistoleros de gatillo fácil y pocas palabras que los legos en western podemos tener, estamos ante una película sutil y sofisticada. El discurso está muy medido y dirigido. La tensión por la culpa y por la vejez de William Munny y de Ned Logan, el contraste con el joven y fanfarrón Kid. El sentido de la justicia como ley o como ética. O la problemática del justiciero. Pueden recordar sus dilemas al Green Arrow de Stephen Amell en un Munny que era tan terrible en su juventud que vivía sin pensar en las consecuencias de sus actos mientras fundamentaba su vida en su autodestrucción y el choque con el nuevo yo. Lo que crea muchos momentos de gran interés en la película, aunque no todo cautive en la misma medida y vaya in crescendo. He tenido que consultar sobre Munny si era un personaje histórico real porque está tan bien construido que se nota que han tenido que construirlo con base en algún personaje real. A su vez, la cuestión de la justicia, el legado, la memoria, el mito y la ley como ideales contrapuestos. Da un cierto alivio al drama la figura del escritor que analiza el drama y se adentra en cuestiones como la dignidad humana y cuánto es lo permisible por sobrevivir o que no se puede consentir, así como la problemática del clasismo y el machismo en muchos de los personajes. La prohibición local de ir armado da juego.
En conclusión, la película tiene buen guión, buena dirección, buenos actores, y tiene mucha miga sobre el sentido de la justicia, el clasismo, el machismo, la culpa, la vejez, o la memoria y el mito, pero su construcción paulatina hace que no siempre se conecte igual con cada parte.
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