Reseña de “Sombra” (23-05-2019)
- Javier Valladolid
- 5 jun 2019
- 3 Min. de lectura
[Cítara del ying y del yang]
[Aviso de spoilers]
Ayer vi en el cine “Sombra”, en el original, 影, Yǐng, Ying, película china de género wuxia, dirigida Zhang Yimou y guionizada por Zhang Yimou y Wei Li, aparentemente medio basada en el Romance de los Tres Reinos o en los hechos históricos de la época en la que se ambienta ese romance, sobre el conflicto entre dos reinos aliados y el honor. Me ha parecido una película muy cuidada a nivel visual, fotográfico, musical y de artes marciales, cuyo guion resulta lioso, chocante y no termina de cuajar. Le pongo un 6,5.
Jingzhou (Deng Chao) fue un joven adoptado por el comandante Ziyu para ejercer de doble suyo contra futuros ataques, siendo su sombra, pero el comandante acaba herido en un combate contra el comandante Yang y su sombra debe suplantarle. El rey Peiliang (Zheng Kai) se alió con el reino al que el comandante Yang sirve para derrotar a un tercero y la ciudad de Jing pasa a manos de ese aliado; lo que Jungzhou, en nombre de Ziyu, reta en duelo a Yang por la ciudad de Jing, amenazando con terminar con la paz.
La película nos presenta unos juegos de encuadres, sombras y colores que sorprenden y crean un lenguaje narrativo sutil y dinámico que funciona bien en lo estético, pero que pierde al espectador occidental no familiarizado con los códigos de la cultura china. Destaca especialmente el juego de blanco y negro con resaltado a color de determinados elementos de la escena, como si estuvieran pintados, como ya hizo el cine occidental en algunas escenas de “Sin City”. Se juega además con los espacios de pinturas visibles a modo de ventanas que ocultan y muestran, como si fueran un teatro de sombras.
Destaca mucho la música de Zai Lao. No sólo por las escenas en que al rey, que destaca dentro del carácter impredecible de los personajes por ser especialmente caprichoso y poco transparente, se le encapricha que Ziyu (Suplantado por su sombra, quien no sabe tocar) y la esposa de Ziyu, (Sun Li), toque la cítara para él sino en general cada vez que aparece. El uso de la música nos transporta a una película de Tarantino y resulta ambivalente, armónica y ruidosa, bella y fea, llena de contrastes, oscura y luminosa, como el ying y el yang. Lo que la dota de fuerza y una sensación contradictoria.
A nivel de artes marciales, como otras películas del género como “La casa de las dagas voladoras”, vemos trepidantes escenas de acción con artes marciales estéticamente muy logradas y rupturas con las leyes de la física para hacer piruetas y piezas de artes marciales asombrosas. Especial atención al uso del paraguas y a la lluvia.
Donde la película resulta difícil de ver es a nivel de guion. Si bien tiene cosas interesantes como el contraste entre Xiao Ai, la esposa sumisa de Ziyu y experta en artes marciales, y la princesa Qingping (Guan Xiaotong), hermana del rey, rebelde ante los menosprecios machistas y los matrimonios de compromiso que su hermano plantea, sin ser de lejos tan buena guerrera, nos encontramos con una complicada combinación de montaje y código de guion. De hecho, la introducción, con unas pocas tomas de texto, es tan rápida que apenas nos da tiempo a leerlo y la última frase no llegué a leerla. Hay más de una escena que se corta súbitamente para nuestros códigos de tiempo. Pero donde realmente nos enfrentamos a un choque cultural y a no entender casi nada es con las motivaciones de los personajes, por qué hacen lo que hacen, por qué nos sorprenden del modo en que nos sorprenden; los códigos que podemos entender son muy superficiales y los demás sólo nos causan extrañeza y pérdida. Seguro que un espectador chino la entiende mejor.
En conclusión, una película que sabe manejar narrativamente con sutilidad a nivel estético lo fotográfico, la visual, la música y las escenas de acción muy cuidadas del género wuxia, pero que no cuaja en el guion por la diferencia de códigos de tiempo en montaje y de motivaciones de los personajes para actuar cómo actúan.
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